El Ayuntamiento apunta a AENA y ENAIRE por la falta de diálogo y advierte que el problema se abordará “con datos y voluntad política”

El cielo ya no es lo que era en San Sebastián de los Reyes. Lo que antes eran trazos lejanos en el aire se ha transformado en un ruido persistente que sobrevuela barrios como Dehesa Vieja o Tempranales a diario. La paciencia vecinal se agota y el Ayuntamiento ha decidido actuar: impulsa un estudio técnico independiente que analizará en detalle las rutas aéreas que atraviesan el municipio y su impacto real en la vida diaria.

El anuncio llegó tras una reunión entre la alcaldesa Lucía Fernández y el consejero de Presidencia madrileño, Alfonso Serrano, en la que ambos señalaron directamente a AENA y ENAIRE como responsables de una planificación sin diálogo y de un deterioro progresivo del bienestar urbano. “Nuestros vecinos no pueden vivir con esta presión acústica constante”, zanjó Fernández, visiblemente molesta.

El informe, que se espera esté listo en los próximos meses, recogerá datos de ruido, frecuencia de paso y cumplimiento de trayectorias. Pero más allá de lo técnico, el movimiento tiene una lectura política: Sanse planta cara. Ya no bastan las quejas puntuales ni los correos sin respuesta; ahora se busca respaldo institucional y presión legal si es necesario.

Los vecinos, por su parte, llevan tiempo documentando los vuelos, midiendo decibelios con aplicaciones móviles e incluso recogiendo firmas. «Es como vivir en la pista de un aeropuerto, pero sin aeropuerto», resume una madre con tres hijos pequeños en Tempranales.

El Ayuntamiento quiere usar el estudio como herramienta de presión ante el Gobierno central y no descarta sumarse a otras ciudades afectadas para exigir un rediseño del espacio aéreo. El mensaje, esta vez, sube de altitud: el ruido también se combate con datos, alianzas y voluntad política.